domingo, diciembre 25, 2005

Traje a la medida

Exelente comentario al sistema electoral chileno publicado en La Nacion Domingo.

En buen chileno, el sistema inventado por los constitucionalistas y técnicos electorales de la dictadura no es otra cosa que un traje a la medida, tan especialmente ajustado a la anatomía de la derecha que se aseguraron, calculadora en mano, que en ninguna circunscripción o distrito que diseñaron en 1989 el No hubiese doblado al Sí.

El objetivo era simple: repartirse el Legislativo mitad y mitad. Y, para inclinar la balanza a su favor, por si el veleidoso electorado aumentaba su preferencia por los de la otra vereda, tomaron un seguro: los senadores designados.

Efectivamente, si se cuentan los votos del plebiscito de octubre de 1988 distrito a distrito, circunscripción a circunscripción, en todos ellos el régimen militar obtuvo, al menos, un tercio de las preferencias. Y con ello basta para tener la mitad del Poder Legislativo.

De hecho, en las primeras parlamentarias postdictadura, en diciembre de 1989, la Concertación obtuvo el 51,49% de los votos y eligió al 57,5% de los diputados; y la alianza opositora, con el 34,18% de las preferencias electorales, se quedó con 40% de la cámara baja. Que la Concertación doblara en nueve distritos esa vez escapó a los cálculos de los ideólogos del régimen. Tan desacostumbrados que estaban a las elecciones, no pensaron en el efecto ganador: siempre hay un margen de votantes que ponen su voto a ganador, a pocos les gusta perder.

Otra rareza del sistema se puede observar en la representación espacial de distritos y circunscripciones: uno de los más emblemáticos es la forma de “L” que adquiere la VIII Región Norte.
En lo que se refiere a distritos, los hay conformados por una sola comuna (como los de Santiago, Rancagua, Concepción o Talcahuano); y otros, por varias comunas de una misma provincia (Distrito 2, Iquique). Pero también existen algunos que contienen en su seno a comunas de diferentes provincias, como ocurre en la VI Región o en la VIII. Como si no bastara, hay distritos conformados con la totalidad de las comunas de una región (XI y XII).

La configuración de las unidades territoriales electorales ni siquiera respetó mínimamente la representatividad de cada elector. Si comparamos los dos distritos con mayor y menor número de electores, respectivamente, la diferencia resulta astronómica. En el distrito 20 de Maipú hay 288.371 votantes, mientras que en el distrito 59 de Coyhaique –que es idéntico a la circunscripción respectiva– sólo hay 56.058 ciudadanos con derecho a sufragio.

Si extrapolamos esta diferencia numérica a las circunscripciones, los resultados son aún más asombrosos. En este sentido, el voto de una persona que ejerce este derecho en Santiago Poniente vale aproximadamente 30 veces menos que el de un votante de la XI Región. Sin embargo, dentro de las dependencias del Congreso Nacional, el voto de los senadores de estas regiones vale exactamente lo mismo.

Además, si sumamos a estas desproporciones en la composición de los distritos y circunscripciones, los quórums exigidos para cambiar ciertas materias de ley –como el que se exige para modificar el sistema binominal–, se puede ver a simple vista que las ataduras de la primera fuerza política a la segunda son exuberantes. Es por esto que el Gobierno ha aprovechado esta instancia de elecciones para establecer diferencias claras respecto a este tema que ha formado parte importante de los gobiernos de la Concertación. Si bien aún no ha servido para obtener frutos reales que permitan iniciar un proceso de legislación respecto al tema, al menos ha servido para poner sobre la mesa esta discusión.

2 Comentarios:

At 4:58 p. m., Blogger yO, cLaUdiO Dice...

Como siempre es interesante leerle, sus análisis me parecen muy buenos.
Ahora es cierto que el sistema electoral fue diseñado entre gallos y medianoche, pues nunca se espero una derrota de Pinochet, y éste no perseguía otra cosa que mantener a la derecha en el Congreso.
Ahora la representación no es directamente proporcional en ningún sistema. También es justificable que ciertas regiones cuenten con un representante a pesar de tener menos electores, pero ésta tiene que ser moderada, nunca 10 a 1. Es aquí donde aparecen otros factores como el espacio geográfico, y la importancia relativa que tiene cada ciudadano. Zonas especiales requieren mayor representación, o una discriminación positiva, eso también es democrático.

Claudio.

 
At 5:52 p. m., Blogger Arturo Dice...

Gabriel, no es sencillo conseguirlos, yo ni siquiera lo anduve buscando cuando apareció.
Que no te asuste la comida china.
Un fuerte abrazo, nos leemos.

 

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