lunes, enero 16, 2006

Michelle Bachelet Presidente

El país habló. Tenemos la 8º mandataria mujer en América Latina, la 4º electa democráticamente, y la 1º de Chile. Michelle Bachelet tiene todo para pasar a la Historia. La televisión española lo graficó espectacularmente cuando hizo el alcance de que Chile se demoró poco mas de medio siglo en tener una mujer en el cargo de Presidente desde que el sexo femenino obtuviera, en 1952, el derecho a voto. Abstrayéndome de la realidad nacional, imaginando, por un minuto, que fuese un ciudadano del mundo, digamos por ejemplo español o estadounidense, y me acerco al kiosco de la esquina de mi casa a comprar, por ejemplo, El País o The New York Time, y leo en sus portadas que en Chile, si, en Chile, en ese país que apenas se mantiene entre la cordillera y el mar, que casi se pierde en las nieves antárticas, se ha electo una mujer presidente, sin duda me llamaría la atención. Me sentiría feliz por que ese país al otro extremo del mundo, con apenas 16 millones de habitantes me demostraría que la Sudamérica con imagen de indígena y patriarcal da un paso adelante hacia la igualdad. Por que ese territorio de guerrillas y golpes de estado, de militares y caudillos combatientes, ese Macondo rural y machista, da luces de una democracia imprevista en esa parte del globo.

Eso en tanto el español o el norteamericano no siga de cerca las vicisitudes de nuestra insigne patria y mantenga la imagen que creó América Latina en los años 60 y 70 y que difícilmente ha cambiado en estas últimas décadas, es decir, en tanto el español o el norteamericano siga informándose en sus noticiarios centrados en el acontecer del hemisferio norte y se olvide que en este lado del planeta también hay vida política.

Pero en Chile me parece que el panorama cambia un poco, y si bien es cierto que nadie puede desconocer que hemos avanzado con pasos de gigantes hacia una sociedad en la que el sexo no es impedimento para ocupar cargos de poder, me parece que hay un matiz que no pueden percibir sino quienes estamos a diario inmersos en este ambiente político.

Lo que quiero decir se puede resumir con unas pocas preguntas que quien esté leyendo esto debe hacer el intento por responder: ¿le sorprendería que el gobierno de Michelle Bachelet no fuese tan exitoso como el de Ricardo Lagos? O ¿Seria una sorpresa que la capacidad de gobernar de Michelle Bachelet se viese cuestionada en la mitad de su mandato? Veámoslo desde otro punto de vista: ¿Cree usted que Michelle va a pasar a la historia de Chile por ser una de las mejores presidentes que ha tenido nuestra patria o pasará a la historia por ser la primera mujer en ocupar este cargo?

No insinuó que Bachelet no sea capaz de hacer bien su trabajo. Lo que si quiero decir es que nuestra mujer insigne no recibió de la totalidad de sus electores la plena confianza que alguien deposita en quien cree mas capaz en su modo de llevar el mando de un país, sino que el número de votos que obtuvo es, antes que todo, un signo de confianza en la coalición que ella representa.

Pero como en todos los casos, es el tiempo el que va a disipar todas nuestras dudas, y nos enseñará a los que aun somos incrédulos, si era Michelle una candidata con más popularidad que manejo político o la mujer de estado que todos los que le dimos nuestro apoyo confiamos que sea.